lunes, 28 de febrero de 2011

Ley de Dependencia

El progresivo aumento de personas mayores de 65 años, tanto en términos absolutos como relativos en comparación a otros grupos de edad, y los cambios operados en las estructuras familiares con la incorporación de la mujer al trabajo remunerado, dio lugar a la mejora de la ley a la dependencia, que existía en España hasta el momento. Si bien es cierto que la ley de Bases de la Seguridad Social de 1963, ya ofrecía prestaciones en caso de discapacidad, estas eran insuficientes, aunque con los años se fueron aumentando. Las prestaciones y ayudas económicas relativas a las dependencias eran las siguientes:

- La pensión de gran invalidez de naturaleza contributiva;

- La pensión de invalidez y la ayuda de tercera persona de naturaleza no contributiva;

- La asignación económica por hijo a cargo mayor de 18 años con discapacidad, en ambas modalidades, contributiva y no contributiva.

Además de desgravaciones fiscales por discapacidad, en el ámbito de la normativa laboral y sanitaria. En el momento de aprobarse la Ley, en diciembre de 2006, la situación en España es la coexistencia de diecisiete sistemas de atención en contenidos y derechos, requisitos de acceso, calidad en la atención con contenidos y derechos. A lo que se le añade las prestaciones de las distintas comunidades, en materia de Servicios Sociales.

Por otro lado, la protección social a la dependencia, antes que se aprobará esta nueva ley, era claramente inferior a nivel presupuestario del resto de los países vecinos.

El modelo de atención en España recae en el cuidado informal, asumido por la mujer, lo que ha dado en llamarse “feminización del cuidado a la dependencia” que provoca tensiones en el bienestar familiar; verdaderamente la intervención del Estado no pretende sustituir a las familias cuidadoras, sino como medio de apoyo.

En el llamado modelo mediterráneo, el cuidado de las personas en situación de dependencia descansa sobre la familia. La severidad de la dependencia, la organización de los cuidados de larga duración y otras circunstancias personales (edad, estado civil, condiciones de salud etc.) determinan la forma de convivencia de los mayores en situación de necesidad. Puyol Rafael y Abellán Antonio (2006). No es un derecho universal, ya que está sometido a la comprobación de recursos económicos, la falta de servicios públicos de atención, hace que predominen las prestaciones económicas y que existan un número grande de organizaciones con y sin ánimo de lucro.

La Ley de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia, aprobada en diciembre del 2006, tuvo lugar debido al conjunto de fenómenos de naturaleza económica y social, así como la preocupación de los ciudadanos y los poderes públicos, para mejorar el problema personal, familiar y social de la dependencia.

Otro objetivo de esta ley, presentada por España, en el Programa Nacional de Reformas en el año 2005, es que la ley “contribuirá a promover la conciliación de la vida personal y profesional, desarrollará nuevas fuentes de empleo y contribuirá a un incremento sustancial del nivel de ocupación, al elevar el empleo y la tasa de actividad femenina”.

La ley de Promoción de la Autonomía Personal, más conocida como ley de dependencia, tiene por objeto (artículo1) “Regular las condiciones básicas que garanticen la igualdad en el ejercicio del derecho subjetivo de ciudadanía a la promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia”. La ley incluye varias definiciones de interés (artículo 2), entre otras la de autonomía como “la capacidad de controlar, afrontar y tomar, por propia iniciativa, decisiones personales acerca de cómo vivir con las normas y preferencias propias, así como desarrollar las actividades básicas de la vida diaria” o de las necesidades de apoyo para la autonomía personal como “las que requieren las personas que tienen discapacidad intelectual o mental para hacer efectivo un grado satisfactorio de autonomía personal en el seno de la comunidad”.

El sistema atenderá de forma equitativa a todos los ciudadanos en situación de dependencia. “Los beneficiarios contribuirán económicamente a la financiación de los servicios de forma progresiva en función de su capacidad económica, teniendo en cuenta para ello el tipo de servicio que se presta y el coste del mismo” (Ley 39/2006).

lunes, 21 de febrero de 2011

Consejo sobre la desaparición de personas con EA

Recientemente he podido leer una serie de consejos o medidas a tomar en caso de que una persona con Enfermedad de Alzheimer se despiste y desconozcamos dónde está. Esta información ha sido compartida por el grupo de Facebook MR. ALZHEIMER, y elaborada por otro grupo denominado ENFERMEDAD DE ALZHEIMER, os sugiero de paso, que si os interesa contacteís con los grupos citados vía Facebook, siempre tienen consejos, guías e informaciones actualizadas sobre la enfermedad, de gran interés.

A continuación detallo los consejos ofrecidos por Mr. Alzheimer:

Aun cuando haya tomado todas las precauciones mencionadas, existe aún la posibilidad de que en algún momento su ser querido logre escabullirse sin que se den cuenta. Si esto ocurre, hay algunas cosas que debe estar preparado a hacer para encontrarlo tan pronto como sea posible. Estas incluyen:

• Avisar a la policía. Si su comunidad tiene el sistema 911, llame a ese número. Un paciente desaparecido que padece de la enfermedad de Alzheimer debe ser tratado siempre como una emergencia.

• Tener varias copias de una fotografía reciente y tomada muy de cerca de la persona, para entregar a la policía, vecinos, y cualquier persona que pueda estar buscándola.

• Conservar una lista (con varias copias) de la edad, sexo, estatura, peso y otras características físicas de su ser querido junto con su tipo de sangre, estado de salud, medicamentos, trabajos dentales, necesidades dietéticas y demás información pertinente para compartir con el personal de búsqueda.

• Proporcionar un artículo de vestir usado por el paciente que no esté lavado, guardado en una bolsa plástica para ayudar a los perros policía en la búsqueda de su ser querido. Con guantes de goma para evitar agregar su propio olor, reemplazar el artículo de vestir cada mes para que el olor se mantenga penetrante.

• Tener una lista preparada de los lugares peligrosos en su vecindario que se deben buscar primero, tales como concurridos cruces de caminos, puentes cercanos, riachuelos o viaductos, una zanja de drenaje o terreno empinado.

• Proporcionar una lista de lugares a donde le gusta ir a la persona, tal como un centro comercial, lugar de adoración, un parque o algún otro sitio que le sea familiar. Recuerde, cuantas más personas sepan sobre el estado de su ser querido y su tendencia a deambular, más ayuda obtendrá para evitar que se pierda.


Además de las citadas sugerencias, me parece interesante mencionar otras posibilidades que también están al alcance de todos, bien ayudas técnicas o bien mecanismos de elaboración propia. Durante mis años inmersa en el mundo de la tercera edad, he podido comprobar como muchas familias cuidadoras, optan por realizar bien una medalla o bien una pulsera en la que figure una inscripción con el nombre de la persona y un número de teléfono de contacto, con el fin de que si dicha persona se pierde, alguien pueda ayudarle y pueda ponerse en contacto con la familia. A veces se opta por poner la dirección del domicilio, pero en mi opinión un dato tan valioso no es aconsejable, porque nunca se sabe si se puede aprovechar esa dirección con otros fines lejos al de ayudar a la persona enferma.

Hoy por hoy, también existen soportes técnicos más modernos, pero también con un precio aún algo elevado, que consisten en una pulsera con GPS, que se da a la persona con EA, y un receptor de señal que posee la familia, para que en caso de desaparición o pérdida, sea más fácil su localización a tiempo. Realizaremos un futuro post dedicado exclusivamente a esta ayuda técnica, en la que os detallaré de una forma más exacta su funcionamiento, y dónde se pueden conseguir.

Por otra parte, os animo, a que expreseis vuestras dudas sobre cualquier tema relacionado con la tercera edad, o simplemente algo que os interese, que intentaré resolver o aclarar encantada, con ayuda de otros profesionales amigos.

domingo, 6 de febrero de 2011

Necesidades y problemas que muestra el colectivo de tercera edad III

E) Vivienda y accesibilidad

El régimen de tenencia de la vivienda en el caso de las personas mayores es el de propiedad libre de cargas, situación en la que se encuentran en mayor medida que el resto de la población (el 88,8% de la población mayor). Asimismo, la vivienda es también equiparable en cuanto a tamaño, no así la antigüedad o las instalaciones. A mayor edad, mayor antigüedad tiene la vivienda, y menores dotaciones. Así el 4,5% de las personas mayores de 65 años y el 6,5% de los mayores de 79 años carece de agua caliente, frente al 1,9% del resto de las personas. El 62,9% no dispone de calefacción y el teléfono está ausente en 1 de cada 10 hogares de personas mayores y 1 de cada 5 de los que viven solos. El 26,1% de las personas mayores de 65 y el 27,4% de las mayores de 79 no tiene ascensor.


F) Situación económica

Con la jubilación, la capacidad adquisitiva de muchas personas se reduce, sin embargo, en cuanto a la pobreza, debemos señalar que es la pobreza de mantenimiento (dificultades para llegar a fin a mes) la que más afecta a los hogares encabezados por personas mayores y no tanto la de acumulación o estructural.

Hay que tener en cuenta que el 90% de las personas mayores recibe una pensión, cuya media era en 2002 de 513 €/mes, cantidad que desciende en el caso de las personas mayores que reciben una pensión de viudedad, cuya cuantía media era de 370€/mes. Se deduce, por tanto, que las personas mayores de 75 años reciben las pensiones más bajas, ya sea porque antes las cotizaciones no eran tan altas, como por la incidencia de la viudedad en este tramo de edad.


G)Autorrealización

A medida que aumenta la salud de la población mayor hasta edades más tardías, así como su poder adquisitivo y su nivel cultural, se percibe en el colectivo una mayor necesidad de autorrealización personal que le lleva a demandar espacios en los que puede realizar actividades culturales, de ocio y de esparcimiento. Esta necesidad está relacionada con el bienestar de la persona. Éste se consigue a través de la diversión que proporciona el ocio y la educación, la autoimagen y reconocimiento social, la posibilidad de expresar las capacidades personales, e contacto y apoyo de grupo de iguales.

viernes, 4 de febrero de 2011

Necesidades y problemas que muestra el colectivo de tercera edad II

C) Necesidad de respeto de sus derechos y libertades fundamentales

El hecho de que una persona mayor tenga deterioradas ciertas funciones físicas o mentales no significa que por ello haya dejado de ser sujeto de derechos. Las personas dependientes tienen igual que los demás un derecho al honor, a la intimidad, propia imagen, integridad física, libertad, opinión... que han de ser respetados. Es cierto que el respeto de estos derechos puede entrar en colisión con la necesidad de seguridad que requiere una persona que no puede valerse por si sola, pero estos casos habrán de ser valorados en individualmente.

La condición de anciano supone un especial peligro de ser objeto de abusos causados por las personas que les rodean y que están llamadas a velar por ellos, los últimos años de su vida.

Tanto las instituciones, como la familia, generan situaciones en las que la violencia puede fácilmente llegar a aparecer de forma repetida. Las víctimas pueden sentirse incapaces de escapar del control de los agresores a los que están sometidos por la fuerza física, la dependencia emocional, el aislamiento social o por otros vínculos económicos, sociales o jurídicos. En esta violencia, los sujetos más vulnerables en el seno del hogar son las mujeres, los niños y los ancianos.

Se trata de un problema oculto aún en la sociedad, a lo que contribuye además, el hecho de que es un tema tabú para muchas personas mayores que los sufren, debido sobretodo al miedo al ``qué dirán´´.

En los años 60, la sociedad empieza a tomar conciencia del abandono y maltrato infantil y en los 70, se extiende al maltrato conyugal.

En el ambiente anglosajón, en los 80 se empieza a hablar de las ``granny bashing´´ (abuelas mapuleadas).

El Consejo de Europa define el maltrato a los mayores como: ``Todo acto u omisión cometido contra una persona mayor, en el cuadro de la vida familiar o institucional y que atenta contra su vida, seguridad económica, integridad física-psíquica, su libertad o comprometa gravemente el desarrollo de su personalidad´´.

La II Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento también ha definido los malos tratos a los mayores como ``cualquier acto único o repetido, o falta de acción apropiada que ocurra en cualquier relación supuestamente de confianza, que cause daño o angustia a una persona de edad´´.

Se habla de que el 95% de los casos se dan en el seno de la familia y tan solo el 5% en instituciones. Los tipos de malos tratos de los que hablamos son:

a) Maltrato físico

b) Malos tratos psicológicos o emocionales

c) Negligencia

d) Violencia económica

e) Violación de derechos

f) Violencia medicamentosa

g) Abuso sexual


D) Compañía

La soledad subjetiva supone un conjunto de sentimientos negativos entro los que destacan la tristeza, sensación de vacío y falta de comunicación, temidos por el 22% de las personas mayores. Estos sentimientos se incrementan con la edad, con la soledad objetiva y con la falta de actitudes activas.

La noche y la enfermedad son vividos por las personas mayores como los momentos más difíciles para afrontar la soledad, con la influencia del insomnio, la aparición de pensamientos relacionados con el deterioro de la salud, la muerte propia o del cónyuge, y con la dificultad para realizar actividades que proporcionen distracción y ahuyente tales pensamientos.

En cuanto a los acontecimientos vitales que en mayor medida pueden conducir a la soledad de las personas mayores, se citan el abandono del hogar por parte de los hijos, la muerte del cónyuge, como acontecimiento más traumático por el que pasan las personas mayores y la salida del mercado laboral, con la pérdida de poder adquisitivo, restricción consecuentemente en las formas de ocio, y disminución de relaciones sociales asociadas a la actividad laboral en algunas profesiones.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Necesidades y problemas que muestra el colectivo de tercera edad I

Durante unas días vamos a postear las diversas necesidades y problemas que muestran las personas llegadas a determinada edad. Dado que son muchas las necesidades que muestran nuestros mayores, bien demandándolas de forma directa o indirecta, tanto a nivel individual como a nivel colectivo, las dividiremos en varios post, para así poder examinarlas en mayor profundidad. Os invito a que participeis si consideraís que hay alguna otra necesidad o problema que os resulte inquietante, y lo comentaremos entre todos.

Entre ellas se encuentran: la salud; la autonomía; el respeto de sus derechos y libertades fundamentales; la compañía de terceros; la vivienda y su accesibilidad a la misma; la situación económica en la que se encuentran y la autorrealización personal.

A)Salud

Se puede decir que la enfermedad tiene consecuencias a nivel físico, psicológico, funcional, social y económico. En efecto además de afectar a la persona orgánicamente, le provoca dolor y sufrimiento; lo que le impide disfrutar de la vida, tendiendo a relacionarse menos con los demás e interfiriendo en su motivación, autoestima, memoria y aprendizaje.

La enfermedad puede generar, además, dependencia funcional, por un lado, en la medida que es fuente de discapacidades y dependencia económica, por otro, a causa de gasto médico y de los cuidados que supone.

Las enfermedades más comunes durante el envejecimiento son las del corazón, varices, artritis, diabetes, enfermedades del sistema urinario, deficiencias visuales y auditivas, trastornos ortopédicos, enfermedades cardiovasculares y cáncer. Cabe decir que las enfermedades no tienen edad, simplemente las personas de mayor edad son algo más vulnerables. La enfermedad crónica, la de naturaleza duradera y continuada en el tiempo, tiene especial importancia en el caso de las personas mayores, ya que es la que mayor morbilidad y dependencia genera.

Uno de los problemas de la enfermedad en la persona mayor, es su difícil diagnóstico, debido tanto a la confluencia de diversas patologías, como al hecho de que no siempre está claro si determinados síntomas son consecuencia del propio envejecimiento o de un proceso patológico. La cuestión radica en buscar un tratamiento para dichos síntomas, independientemente del origen del mal.

Especial relevancia tienen las enfermedades neurodegenerativas por su incidencia en la vejez. Las enfermedades de tipo Alzheimer afectan al 1% de la población total, al 5% de la población mayor de 65 años y al 20% de la población mayor de 80 años. Se caracteriza por una pérdida de memoria, lenguaje, juicio, cambios en la personalidad y por el funcionamiento de la persona en general. Su origen se atribuye a factores genéticos y a un deterioro de ciertas neuronas de la base del cerebro.

Enfermedades similares son la enfermedad de Pick, que se manifiesta comúnmente entre los 40 y 60 años, la de Huntington, que se presentan alteraciones motoras y aparecen en la edad adulta intermedia, la enfermedad de Parkinson y las demencias multinfarto, que suceden generalmente a partir de los 65 años.

Estas enfermedades no tienen curación, pero sus síntomas pueden paliarse a través de la estimulación precoz (entrenamiento sensorial, técnicas memorísticas, terapia de ocio, musicoterapia...), de la intervención farmacológica, y de una vida sana a través de la prevención primaria en la edad adulta media: hábitos saludables; de la secundaria: tratamiento de problemas y chequeos y revisiones periódicas; y terciaria que incluye rehabilitación, apoyo y tratamiento de dolor.

B) Mantenimiento, recuperación o compensación de la autonomía

Provocada por la pérdida de salud, es la incapacidad para realizar las actividades de la vida diaria (AVD). Para medir el nivel de dependencia se suelen utilizar diferentes instrumentos técnicos, utilizados para conocer si una persona es capaz de realizar por sí misma las AVD: Índice de Katz, Geronte, Escala de Guttman, Escala de Incapacidad Física de Cruz Roja, Escala de Lawton y Brody, Escala de Siu y Reuben...

Existen además escalas que valoran la capacidad cognoscitiva de la persona mayor, así como sus redes de apoyo social, que referencia a las relaciones sociales que mantiene el anciano y que le proporcionan o pueden proporcionar apoyo social como información, apoyo emocional, ayuda económica o material, ayuda en tareas o actividades, etc. Para medir las redes de apoyo social se suele utilizar la escala OARS (Social Resource Scale; Escala de Recursos Sociales en el anciano).