jueves, 27 de enero de 2011

Principios que rigen la prestación de los servicios sociales residenciales para la tercera edad

A) Principio de normalización: se trata de que la persona residente lleve una vida lo más similar posible a la que llevaba en su domicilio. Ello se consigue, por ejemplo, implicando a la familia en la vida del centro, haciéndole partícipe de las actuaciones que se llevan acabo en él.

B) Principio de autonomía: hay que potenciar el desarrollo personal y las habilidades de la persona mayor hasta su máxima extensión posible, así como su capacidad de elección. Se pueden desarrollar programas específicos de apoyo a la realización de las AVD, organización de cursos de formación, se ha de permitir a la persona mayor personalizar su habitación, tener su propia llave y permitir las decisiones que libremente tome.

C) Principio de participación: la persona mayor y su familia han de poder opinar sobre el funcionamiento y servicios del centro, así como en la programación de actividades, a través de su representación en asambleas y comisiones, de la participación en grupos de intereses y aficiones, de la utilización de buzones de quejas y sugerencias y de otros cauces para expresar sus opiniones.

D) Principio de integración: el centro ha de estar integrado en la comunidad. Para ello deberá ser accesible, los residentes utilizarán servicios y recursos comunitarios y podrán salir del centro, incluso para dormir fuera, si su estado lo permite.

E) Principio de globalidad: la atención que se preste en el centro deberá ser integral, y dar, en consecuencia, cobertura a las diferentes necesidades que tengan los usuarios.

F) Principio de profesionalización: tanto las instalaciones, como los recursos del centro deberán ser los adecuados y los profesionales deberán estar cualificados para prestar los servicios en buenas condiciones.

G) Principio de atención personalizada: la atención que se preste desde el centro deberá tener en cuenta al individuo como persona concreta, adaptando las actividades y habitaciones a las necesidades que presente el usuario particular, flexibilizando los horarios, menús, prestando una atención individualizada y atendiendo los casos de urgencia.

sábado, 22 de enero de 2011

Aspectos psicológicos del colectivo de tercera edad

En el plano psicológico, podemos destacar que las personas mayores dependientes se sienten tristes y deprimidas en mucha mayor medida que las no dependientes, sentimiento que se acentúa en el caso de las mujeres, quienes han venido tradicionalmente realizando las actividades cotidianas del hogar y prestando los cuidados familiares.

Otra consecuencia de la dependencia es la pérdida de privacidad e intimidad, sentida en menor medida cuando el cuidado los prestan los familiares directos, y en mayor medida cuando los servicios los prestan cuidadores o instituciones dirigidas a tercera edad.

En cuanto al sentimiento de soledad, si bien las personas dependientes no suelen vivir solas, manifiestan un sentimiento de soledad más fuerte que los demás, debido fundamentalmente a la disminución del número de contactos y de la calidad de las relaciones.

En el anciano se incrementa el temor a lo desconocido, porque tener conciencia
de las crecientes pérdidas físicas e intelectuales le produce un gran sentimiento de inseguridad. Estos son agravados por pautas culturales que los ubican en una posición desventajosa con respecto al adulto joven, determinando los roles que deben desempeñar.

Otras reacciones negativas que puede sufrir el anciano ante la angustia y frustración provocadas por las pérdidas son la depresión
y regresión. La depresión no es necesariamente un síntoma de envejecimiento pero se relaciona con el ámbito social estrecho en que vive el anciano, el cual lo conduce al aislamiento. Esto no se debe necesariamente a que el anciano viva solo, sino a que se le dificulta entablar nuevas relaciones significativas y algunas veces se presenta una rigurosa resistencia a abordar nuevas amistades.

Si bien es cierto que todas las edades son portadoras de opiniones sociales, sin dudas la Tercera Edad constituye una etapa de la vida muy influenciada, más bien determinada por la opinión social, por la cultura
donde se desenvuelve el anciano. Hasta hoy día la cultura, de una forma u otra, tiende mayoritariamente a estimular para la vejez el sentimiento de soledad, la segregación, limitaciones para la vida sexual y de pareja, y de la propia funcionalidad e integración social del anciano.

Se ha llegado a considerar además, que los elementos conformadores de identidad
son tomados generalmente de los prejuicios negativos que la cultura como tendencia, ha reservado para la vejez. "Soy viejo porque ya me queda menos, soy inútil, incapaz, retirado, final."

Un resultado de depresión e inseguridad puede ser el intento del anciano por regresar a etapas anteriores de la vida. La persona
dependiente e insegura en momentos de tensión tenderá a regresar a conductas infantiles y a no realizar esfuerzos constructivos para resolver los problemas.

El anciano experimenta una necesidad creciente de seguridad
, en un momento de la vida en que los recursos físicos y psicológicos están en rápida decadencia. Existe un sentimiento de impotencia para satisfacer las necesidades, lo cual le provoca frustración, miedo e infelicidad.

Aún cuando el anciano evita establecer relaciones afectivas estrechas, intensifica sus vínculos con la familia cerca
na. Esta representa la fuente principal de ajuste socio-psicológico en el proceso de envejecimiento, debido a que es el medio que ofrece mayores posibilidades de apoyo y seguridad.

El anciano debe valorarse como un individuo que posee un cúmulo preciado de experiencia que puede trasmitir a los jóvenes en el interactuar diario. Debe dársele la oportunidad de seguir siendo parte del sistema
productivo en actividades que le permitan sentirse útil.

jueves, 20 de enero de 2011

Aspectos sociológicos del colectivo de tercera edad











``El envejecimiento de la población es, ante todo y sobre todo, una historia del éxito de las políticas de salud pública, así como del desarrollo social y económico.´´ (Gro Harlem Brundland, Directora General de la OMS, 1999).

La Unión Europea está envejeciendo rápidamente, en 1996 el porcentaje de personas mayores de 65 se situaba en España en el 16% de la población, mientras que en el año 2002 se situaba ya por encima del 22%.

Casi todas las sociedades Europeas están viviendo el envejecimiento de la población, pero en algunas este proceso avanza más rápidamente que en otras y, por tanto, los retos asociados les están llegando antes.

Países con más de 10mill. de habitantes con la mayor proporción de personas mayores de 60 años de edad (2002-2025)




















































PAÍSES20022025
Italia24,5%35,1%
Japón24,3%34,0%
Alemania24,0%33,2%
Grecia23,9%31,6%
Bélgica22,3%31,4%
España22,1%31,2%
Portugal21,1%29,4%
Reino Unido20,8%29,4%
Ucrania20,7%28,7%
Francia20,5%27,9%



En el año 2002 en España, los mayores de 60 años suponían ya un 22,1% de la población total y en el años 2025 esta cifra se estima que se incrementará hasta un 31,2%.

Indudablemente, el envejecimiento de la población es un éxito, ya que refleja la bondad de los sistemas sociales y sanitarios que se han consolidado en los países desarrollados, de ahí el incremento sufrido en la esperanza de vida al nacer, que ha aumentado en España de 70,4 años para los hombres y 75,7 años para las mujeres en 1975, a 76,2 y 83,1 años respectivamente en 2002.

Sin embargo, no podemos olvidar los retos que el envejecimiento de la población está planteando a los gobiernos europeos, entre los que destaca el estrecho lazo existente entre el envejecimiento y la dependencia. Si bien no toda persona mayor es dependiente, es cierto que la dependencia aumenta con la edad.

El progreso médico ha reducido la tasa de mortalidad, pero no el riesgo de sufrir enfermedades crónicas asociadas a la vejez. Hay que tener en cuenta que los octogenarios, la cuarta edad, son un descubrimiento del último cuarto de siglo XX y supone un colectivo con una vulnerabilidad física y social específica. Son de hecho la población que más va a crecer. Se trata de una población que manifiesta, además, preferencia por continuar viviendo en su hogar, lo que contrasta con los cambios significativos que se han producido recientemente en el ámbito familiar y que influyen en los cuidados que se proporcionan a las personas mayores: incorporación de la mujer al trabajo, desarrollo de las ciudades, incremento de las ocupaciones laborales, reducción del tamaño de la vivienda y de la familia; cambios que tienen que dar lugar a una reformulación de las políticas sociales, especialmente en el ámbito de las personas mayores.

martes, 18 de enero de 2011

El perfil del dependiente

Las mujeres sufren en mayor medida que los hombres la dependencia, lo que puede deberse a que alcanzan una edad superior, y la dependencia aumenta con la edad.

Por lo que se refiere al estado civil, el hecho de enviudar se asocia a un sentimiento de dependencia, que si no es grave, pasa inadvertida hasta el momento en el que desaparece el cónyuge.

En cuanto al estado de salud, dos variables influyen en la dependencia. Ésta está determinada no sólo por la enfermedad objetiva, sino que además, existe una relación muy fuerte entre la autopercepción del estado de salud y los casos de dependencia, mayor aún que entre dependencia y enfermedades crónicas diagnosticadas. Una persona demanda cuidados y ayuda más en función de cómo se siente que en función de cómo está, o de cómo un profesional de la medicina diría que está.

Las variables analfabetismo y bajo nivel de instrucción están estrechamente ligadas a la dependencia. A menor nivel de estudios, mayor dependencia. Ello se explica porque estas variables están fuertemente relacionadas con las circunstancias económicas de la vida de los mayores, que condicionan la calidad de su vejez, y porque los recursos culturales se revelan como un instrumento muy valioso para poder manejarse en una sociedad compleja, mantener por más tiempo la autonomía y encontrar las estrategias necesarias para salvar las propias dificultades y enfrentarse a ellas.

Un aspecto preocupante y que plantea retos para las políticas sociales es comprobar que los segmentos sociales a quienes más afecta la dependencia, son los que más dificultades tienen para conseguir atención y cuidado en el mercado privado, al tiempo que coinciden probablemente con quienes menos se pueden hacer oír en el proceso de reivindicación de cobertura pública de la dependencia.

En cuanto a la convivencia, la mayoría de los mayores no dependientes viven solos con su cónyuge y la mayoría de los dependientes viven con sus hijos. Dado que en el hogar de sus hijos viven todavía sus nietos, esto incrementa la presión sobre la generación intermedia, que debe cuidar a ambos. Se percibe por otra parte, un aumento del número de personas mayores que viven con otros familiares y/o con un empleado/a del hogar.

Por último, debemos hacer referencia a los casos de mayores que rotan entre las distintas viviendas de sus hijos, situación que se da sobre todo en los casos de personas mayores no dependientes. Según datos del CIS, en 1993, un 17,2% de los mayores que necesitaban ayuda y asistencia alternaba entre las casas de sus hijos, situación que añade inseguridad y desconcierto a su estado de salud y baja autoestima.

martes, 11 de enero de 2011

El abandono

El abandono de las personas de la tercera edad es en si una forma de maltrato sobre ellos, se da cuando la familia se despreocupa de cubrir sus necesidades y de sus deberes con los mismos.

Abandono no implica ``echar a la calle´´ a nuestros mayores, si no que se puede dar en su propia casa al obligarle a permanecer aislado, originando de esta manera, que al no relacionarse con nadie se cree un sentimiento de soledad y abandono en estas personas mayores, que acaba conllevando que sufran periodos de depresión y otras patologías derivadas, tanto físicas, como psicológicas.

El abandono no solo se llega a dar en la familia, también existen casos en residencias o albergues en donde los encargados de cuidarles pueden dejarlos solos por largos periodos de tiempo totalmente desatendidos, en muchas ocasiones, incluso sin que la familia sospeche de ello.

El abandono que sufren las personas mayores, en ocasiones viene motivado por la revancha de los hijos hacia los padres, cuando durante su infancia y adolescencia los primeros fueron desatendidos o maltratados por sus progenitores. Ante la vulnerabilidad de éstos, ahora los hijos se desentienden de ellos, máxime cuando los adultos mayores padecen alguna enfermedad que requiere de cuidados permanentes.

El abandono social de los adultos mayores enfermos es una cuestión cultural y sólo se puede lograr un cambio de mentalidad si desde los niños, jóvenes y adultos se modifica la educación y percepción de la vejez y las relaciones familiares, destacando el valor de los ancianos.

Es común que los mayores sean abandonados en hospitales, incluso en residencias de tercera edad, en dónde primeramente son internados con el fin de que estén mejor atendidos, y con el paso de los meses, acaban sin contacto con la familia, bien porque los familiares se desentienden de ellos casi de inmediato, al no visitarlos, o no están pendientes de su evolución, incluso en ocasiones no dejan datos correctos para así evitar ser localizados.

En unas fechas tan significativas como las que acaban de terminar, desgraciadamente, este abandono a los mayores está más patente que nunca. Muchas familias, comienzan a ingresar a sus mayores de forma temporal, tanto en fiestas navideñas como en períodos estivales, convirtiéndose meses después en abandonos en toda regla. Es triste, y puede parecer un tanto exagerado pero lo he vivido en primera persona. Con esto no quiero generalizar y que nadie se de por aludido, pero al igual que en verano muchas mascotas son abandonadas porque molestan, también pasa con nuestros mayores, y es algo que no debemos tolerar. No podemos dejar a nuestros mayores desatendidos, ni en entornos residenciales ni en sus propios domicilios.

Año Nuevo, Nuevas Metas

Buenos días a todos de nuevo!

Como os comenté en un comentario anterior, ha sido un fin de año muy movido, y un tanto agobiente. Me he visto obligada a dejar la actualización del blog durante un mes, dado que he tenido que cuidar de mis hermanos pequeños durante una temporada, y eso añadido a las fiestas navideñas han hecho que no pudiera sacar ni una horita para seguir con nuestra labor de información.

Ante todo me gustaría felicitaros el año a todos, y espero que este año nuevo nos aporte más fuerza y concienciación con nuestros mayores, y que esta pequeña comunidad crezca cada día y consigamos difundir nuestras experiencias.

Intentaré durante estos días recuperar todos los post que tenía en mente para el mes de diciembre. Y por otra parte, ser más previsora y tener siempre un par de post preparados para ocasiones inesperadas como esta, jejeje.

Un saludo enorme a todos!!!!!!!!!!!!!!!!!

Bienvenidos de nuevo!