miércoles, 11 de enero de 2012

Ancianos no residenciados: Situación personal y modos de vida

La problemática de los ancianos abarca aspectos objetivamente biológicos y otros como factores psicosociológicos, así como aspectos históricos, como la evolución de los mayores de una sociedad agraria, hasta la moderna sociedad industrial, sus tendencias políticas, nivel de asociacionismo; etc.

En el contexto económico y cultural de nuestra sociedad, la vida del hombre, su empleo del tiempo, aparece separado entre su tiempo de trabajo (actividad) y su tiempo de ocio (descanso), la sociedad actual, al equiparar la utilidad de los individuos a su trabajo productivo socialmente rentable, y derivar allí su condición de sujetos activos, condena a los sujetos inactivos a la inutilidad y a la marginación; es el drama social de las personas mayores. Esto es la jubilación, el llamado ocio forzoso que es vivido como una carencia. Unido a esto, está la pérdida de poder adquisitivo, que no permite en ocasiones cubrir una de las necesidades básicas como es la alimentación.

El anciano suele iniciar con la jubilación una nueva vida cuyos efectos suelen crear sentimientos de marginación, que dan lugar a una acusada asociabilidad, creándole una desvalorización de su capacidad individual.

En el caso de las mujeres, sino trabajaron fuera del hogar, la jubilación no es tan traumática como en el hombre, el gran impacto emocional en la mujer adulta, es la provocada por la muerte del marido.

El empleo del tiempo libre para los ancianos, es de ocio pasivo: ver la televisión, jugar a las cartas, pasear etc. La relación del anciano con su tiempo libre es de aislamiento, de actividades monótonas. En la actualidad, existen en los Centros Cívicos diversas actividades culturales y de ocio para la tercera edad, que les ayudan a relacionarse y forjarse una red social de apoyo.

La generación perteneciente a la tercera edad, ha sido castigada por la guerra, una dictadura y privaciones, además la sociedad no tiene en cuenta a los mayores, su experiencia y su gran valor; es una sociedad hostil con el anciano donde privan los valores del individualismo en el sentido egoísta del término, lo que desemboca en una drástica segregación del anciano del resto de la sociedad.

Los sentimientos de soledad y aislamiento que vive la persona mayor disminuyen en las áreas rurales que ofrecen al anciano una mayor libertad de movimiento, un aumento de relaciones afectivas y una posibilidad de continuar una vida activa

Las relaciones de los mayores con sus familiares suponen un rasgo decisivo en los caracteres de la vida de aquél, y en las perspectivas de acogimiento y de servicios de salud. A veces la familia decide el ingreso del mayor en la residencia por no poder atenderle o porque les supone un estorbo para vivir su vida.

Los ancianos se quejan frecuentemente de la insolidaridad que manifiestan sus hijos hacia ellos, y de la insuficiente receptividad o atención que les conceden.

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